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Las buenas ideas no acarician. Te agarran del cuello.
A veces pienso que estamos a unas pocas ideas de que nos vaya mejor en la vida, en el trabajo, en los negocios… o en lo que aún no nos hemos atrevido a empezar.
No son ideas para inspirarse, sino para sacudirse.
Puede que las encuentres aquí.
Puede que no.
Pero si estuvieran… ¿la dejarías pasar?
La comparto en un canal de Telegram.
No es un “refugio”. Es más bien una trinchera.
Y está organizada en 4 zonas. Porque hasta el caos necesita estructura.
Sí, el dinero no lo es todo. Pero prueba vivir sin él.
No es iluminación (o sí). Solo es ver lo mismo con otros ojos.
Y a veces, eso cambia todo.
No pretende arreglar nada, solo jugar mejor con las cartas que te tocaron. Malabares vitales.
Cosas random que despiertan tu curiosidad… o la indiferencia.
No todo tiene que servir para algo.
Y justo por eso… importa.
Pasa. Mira. Lo raro es que estés aquí. Y eso ya dice algo.
Desde software que te ahorra tiempo real, hasta cosas que no parecen tecnología pero lo son.
Digital, analógico… da igual. Si sirve, cuenta.
Decía Antonio Escohotado:
“Solo los imbéciles tienen ideas fijas. La realización del espíritu humano es irse sorprendiendo. El origen de la filosofía es el asombro. Y del asombro surge la curiosidad. Y de la curiosidad surge la tenacidad del estudio. Y estudiar es una fuente de alegría inextinguible.”
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