Era 1948 y Remedios Varo recibió una misión poco común: pintar el dolor.
No el dolor romántico, ni el de los corazones rotos. Otro dolor.
El que no se ve, pero que cala.
El que se instala sin pedir permiso y convierte la vida en una jaula crónica.
La farmacéutica Bayer le pidió a Varo que diera rostro y forma a enfermedades que sus medicamentos intentaban aliviar.
¿Qué pinta tiene el dolor reumático?
Dolor reumático 1 — Remedios Varo
